A la hora de seleccionar un perfil para un puesto de trabajo, las empresas se centran en buscar a la persona que cumpla con todas aquellas características de la vacante que están ofreciendo. Que cuente con determinadas habilidades, conocimientos, actitudes o valores. Pero además, las organizaciones de hoy en día tienen muy presente la capacidad para adaptarse al entorno laboral y a la cultura de la empresa.
La cultura organizacional no entiende de discapacidad.
Es necesario que las empresas garanticen prácticas adecuadas, amparadas por políticas que protejan los derechos y libertades de este sector de la población, para conseguir una inclusión real. Es un reto de gran transcendencia, tanto para las organizaciones como para las instituciones públicas.
Una de esas prácticas es eliminar las barreras o estigmas que consideran que estas personas no están capacitadas para desarrollar su trabajo debido a su condición.
¿Qué aporta una persona con discapacidad a una empresa?
La integración laboral de una persona con discapacidad, sea física o psíquica, a una empresa, no sólo la ayuda a ella en lo que a calidad de vida se refiere (tener un trabajo donde pueda desarrollarse, estabilidad económica…). Su contratación genera un impacto muy positivo en la compañía. Aporta, entre otras cosas:
- buen clima laboral
- un valor diferencial
- diversidad
- orgullo de pertenencia
Pero, además, mejora la relación con los clientes, los entornos convencionales de trabajo cambian puesto que las instalaciones se adaptan y se diseñan pensando en todos, se crean nuevos productos y servicios que dan acceso a nuevos mercados… En definitiva, estos contratos hacen crecer a nuestras empresas y, en consecuencia a nuestra sociedad.
En Grupo Ecotisa activamos hace unos meses el “Programa Contigo” de Habilidades para la Autonomía, Vida Independiente e Inserción Laboral de Down Salamanca. Buscábamos una persona con habilidades comunicativas que realizara tareas de atención al cliente y que reflejara nuestra cultura. Este programa, desarrolla diversos talleres de habilidades socio-laborales, entrenamientos en perfiles laborales, prácticas e inserción laboral, con el objetivo de incluir a las personas en el mercado laboral ordinario a través del “Servicio de Empleo con Apoyo de la Asociación”. Y así, conocimos a María. Inicialmente estuvo acompañada de una tutora de la Asociación Down Salamanca que la apoyaba en el proceso de aprendizaje de sus funciones, tareas… y en nuestra empresa nos centramos en transmitirle los valores, políticas y normas de la compañía, además de informarle sobre las particularidades de su nuevo puesto.
A día de hoy podemos deciros que no entendemos la empresa sin ella, es más, ha ido adquiriendo otras funciones que no estaban previstas, demostrando que el desarrollo personal tiene mucho que ver con creer en aquello que hacemos. Ella cree firmemente en nuestra compañía, y ese es un valor incalculable para cualquier empresa.
